En
toda palabra escrita
hay
una tentación de amor,
una
oración que se recita,
un
corazón que palpita
con
espinas y caricias
bailando
al ritmo de un mismo son,
contiene
trazos de la noche
que
despiertan con el día
bajo
las sombras de un balcón.
Una
palabra que no dice nada
y
lo dice todo,
como
un silencio atronador,
como
el hielo abrasador
o
una dulce amargura,
como
el aroma de una flor
que
a veces se marchita
en
unos labios ciegos
enredada
por la pasión.
En
toda palabra hay imaginación,
un
sueño que fascina,
un
oscuro resplandor
abriendo
el hambre que excita
contenido
en un renglón,
la
que siempre avasalla
con
la mirada prendida
en
el color de la alborada
hasta
peinarse de la ilusión.
En
toda palabra grabada
se
guardan dichos eternos,
cuentos
que nunca acaban
que
lo esconden todo
y
no contienen nada,
como
la música callada
que
abre los ojos inmensos
de
llorona desconsolada
al
ritmo de una canción.
Una
palabra inventada
de
una soledad sonora,
que
carga con el miedo
u
otra que siente la pena
al
haber perdido el credo
en
el ojal de un botón,
o
la que guarda un tesoro
embutida
en una botella
bajo
el polvo de un viejo arcón.
Libres
palabras
acariciadas
por la mirada
como
la lluvia en la cara
que
hacen latir al corazón.
¡¡¡Felicidades HERMANO!!!
1 comentario:
En toda palabra hay un agradecimiento
que sobrevive al tiempo y al espacio
A la IA, la física cuántica y al trono de Dios
Abriéndose paso a besos, golpes o arañazos
Entre lo que se interponga entre los dos.
Gracias, amigo
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