Se
me ha ido enredando
saladamente
tu espuma
en
mi piel.
Y
la caricia deambula
al
son de tus andanadas
en
olas desatadas
que
saltan a los pies.
Te
oigo y te miro
cuando
lanzo ojos y oídos
a
encontrarse a la vez.
Cuando
te respiro
plena
de espumas,
torbellinos
y remolinos,
adornando
con sonidos
el
silencio de tu alma.
Eterno
manto de agua
con
la sed de los sueños
empapados
en deseos
de
la noche a la mañana,
que
reza de latidos
entre
tormentas y calmas,
y
que siempre descansa
hecha
de gotas alborotadas
dormidas
en una playa
donde
sueño contigo.
Fotografía de Héctor
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