Quiero
ser una estrella,
ser un corazón fecundo,
con
palabras sin palabras
dichas
por una voz sin boca
en
un cine mudo,
y
quiero ser parte
del
coro de una mañana
que
nadie entona,
la
fragancia insípida
sobre
la piel de una caricia
brotada
del futuro
que
todos ignoran.
Despojarme
de todo,
ser
un eco cerrado,
y
al despedirme
ser
la rima iridiscente
cosida
a un bosque infecundo,
respirar el haz de un cielo
que
se rompa en sedosos velos
rasgando
sus cortinajes
donde
se alzan las nieblas,
retozando entre tierras
para
escuchar al paisaje
dibujar
las notas
de
una olvidada canción.
Ser un ser que vivió
siendo de este mundo una esencia.
Fotografía de Kiki
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