En
el caminar
oigo
los pasos
repicándome
al
acercarme,
abriendo
mis secretos
a
la luz del cielo
que
mi alma posa en ti.
Se
apagan
las
estrellas
y
el último lucero
se
ha mudado,
de
un cajón cerrado
al
roce de tus labios
que
mi alma abrió en ti.
Sacudo
los labios
y
despierto los gestos
hechos
de barro,
al
llegar la sombra
que
envuelve
tu
cuerpo alborotado
que
da luz a mi deseo de ti.
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