Nos
encontramos con el destino
tropezando
al anhelo de la materia,
comenzando
a escribir nuestra memoria,
como
escrito estaba la llegada de la lluvia,
el
soplo de viento,
la
caída del rayo,
la
fractura del trueno,
el
vaivén de las hojas
y
nuestro encuentro.
Siendo
fugitivos de las citas
sin
estrellas que marquen rumbos,
con
miradas a horizontes diferentes
y
fronteras en diferentes mundos.
Hoy
salió de nuevo el sol
tras
un horizonte indefinido,
para
vivir nostalgias sin propósito,
para
desterrar los presagios,
para
soltar las brújulas de ambos
y
borrar cuanto estaba escrito.
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