Buscar una sombra invisible,
que nos vaya ocultando de soslayo.
Reconocer nuestros desnudos cuerpos,
entre los roces de nuestros labios.
Encontrar el orgasmo imposible,
que nos electrice como el rayo.
Sonreír entre susurros,
a las caricias de extenuantes abrazos.
Descubrir ese camino fugaz
que se aleja sin desmayo.
Recorrer constelaciones de sueños,
entre los viajes de ojos ajados.
Desnudar el corazón intratable,
que se desboca como un caballo.
Cantar estrofas mudas
a las oportunidades de unos deseos cansados.
Escuchar la melodía invisible,
atrayéndome si fuese fiel lacayo.
Sentir a las caricias de tu alma,
esconderme en la bruma de tus brazos.
que nos vaya ocultando de soslayo.
Reconocer nuestros desnudos cuerpos,
entre los roces de nuestros labios.
Encontrar el orgasmo imposible,
que nos electrice como el rayo.
Sonreír entre susurros,
a las caricias de extenuantes abrazos.
Descubrir ese camino fugaz
que se aleja sin desmayo.
Recorrer constelaciones de sueños,
entre los viajes de ojos ajados.
Desnudar el corazón intratable,
que se desboca como un caballo.
Cantar estrofas mudas
a las oportunidades de unos deseos cansados.
Escuchar la melodía invisible,
atrayéndome si fuese fiel lacayo.
Sentir a las caricias de tu alma,
esconderme en la bruma de tus brazos.
2 comentarios:
Tremenda sensibilidad la tuya.
Y con que delicadeza y dulzura relatas lo que te sale de tu corazón.
No he encontrado a nadie que tenga la capacidad de amor que tienes tu.
Alucino y a la vez admiro.
Eres estupendo, no cambies nunca, se tu mismo siempre.
Solo te pediría que me dejaras una parte de tu escondrijo, que me dejaras sentir parte de tus sentimientos, porque yo ya deje de sentir.
Estoy enchufado a una máquina de sentimientos artificiales. Solo deseo recuperar mi forma de sentir, mi forma de vivir, mi forma de querer, en definitiva mi vida, solo quiero ser el Carlos de siempre.
Solo te deseo que salgamos de nuestro escondrijo, que la sombra se refleje en los corazones de la gente que nos quiere,que volvamos a escuchar la melodías en nuestros oídos y que recorramos el camino de la feclicidad.
Que más puedo decir a una poesía sino que decirle al que lo ha escrito, AMIGO.
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