Te dibujo en la vida
con el trazo de lo vivido,
deslumbrando a la penumbra
que se cree más que alumbra
y no sabe que se ha perdido.
Me ciego de tu guía
al seguir pasos dispersos,
con palabras que nunca digo
que pido humilde cual mendigo
para atarlas a los versos.
Me apasiono con tus hitos
tras nombrar todas las estrellas,
cautivo del aire que te hace soñar
para acabar sin saber que pensar
pendiente de respirarte entre ellas.
Me visto de tu decisión
al vivir lo que te alejas,
con los sentidos que me despojas
que caen como en el otoño las hojas
y sentir que tal como el aire vuelas.
Me asusta tu destreza
al son de sonrisas que brotan,
escondidas en las cosas que no dices
con colores de todos los matices
para ver como se agotan.
Me cambio en tu lugar
sentándome donde quiera,
al retiro del frio invierno
en el crisol del silencio eterno
de un alma desnuda que espera.
Te atrapo en la pluma
con la excusa de cualquier tema,
para decirte sin tener que hablar
entre una y mil maneras de amar
lo que te quiero con un poema.
¡Felicidades!
¡Felicidades!
Fotografía de Esther Rivera