sobre la ceniza encendida
de una llama extinta
en el egoísmo de dar.
Es la furia del aire
agrietando tu cuerpo
entre el polvo disuelto
para volverse a posar.
Ser una ola de caricia
sobre arena joven
que la marea moja
y no deja secar.
Es disolver la distancia
entre los labios
que están separados
y se quieren besar.
Es la libertad
de jugar con las miradas
para volar sin alas
y volverse a mirar.
El amor es amarte,
y después de haber amado,
amar.
Fotografía de Héctor
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