Espero
todos los días
a
esa mirada que habla
con
el don de la palabra
que
siempre dice callando:
Estoy
tan cerca o tan lejos
como
los ojos que estoy mirando.
Que
intensa ardía aquella mirada
que
dejaba ascuas y humo a su paso.
Tenía
escrita en papeles
palabras
sin labios,
contenía
los deseos
que
no abarcaban los abrazos
y
sabia mirarte con sueños
para
dejarte desarmado.
Cuantas
cosas me decían sus ojos
que
ya no puedo olvidar sus recados.
1 comentario:
Tal cual,"cuántas cosas me decían sus ojos, que ya no puedo olvidar sus recados"me encanta! Es cómo eso de"se me olvidó olvidarte"eres un gran poeta.
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