Del
sueño que no duermo
al
sueño que sueño
viajan
tus ojos eternos
paseado
la ausencia a mi lado,
desde
el cobijo de los abrazos
hasta
donde nace el alma
que
a mi piel se ha fijado,
allí
donde posaste los besos
al
brotar de tus labios.
En
el nocturno desaire
que
las estrellas dejaron,
bajo
la farola encendida
de
un banco abandonado,
en
la que mi sombra
oculta
de espera
te
sigue esperando.
Fotografía de Gemma
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