Quedarse
suspendido
de
un sueño etéreo
que
nace de ríos blancos.
Lo
lleno de besos
y
del aleteo de caricias
que
me bebo
en
el cobijo de los abrazos.
La
cálida ensoñación
abre
mi alma
a
mares de milagros,
donde
puedo navegar
entre
los colores de sus campos.
Rozo
la eternidad
de
minutos yuntados
al
sentir en lo profundo
estar
unidos por solo unos lazos.
Y
despertar sorprendido
con
que al soñar contigo
puedo
abrir el alma a diario.
Fotografía de Kiki
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